"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

martes, diciembre 19, 2006

La Central de Abasto

El piso vibra, se oye el silbido que viene detrás, ¡AAGUAAS! no logro saber que es lo que lleva pero se siente que el movimiento me arrastrará si no me quito, tengo que esquivarlo con cuidado, pasa a unos centímetros de mí, sigue en su carrera endiablada. Claro, son los diableros. Unos con bultos pequeños, otros con grandes, otros enormes, todos con prisa, todos aprovechan las subidas y bajadas que hay en los pasillos de esta pequeña ciudad dentro de otra ciudad: La Central de Abasto. El comercio sin los diableros no podría llevarse a cabo. Ellos transportan cajas, cajitas, molotes, molletes, mogollones, son los mecapaleros del siglo XXI, cargadores modernizados con ruedas.

Son apenas las cuatro de la mañana, pero la actividad parece como si fuera el medio día, tanto movimiento de vendedores, cargadores, gente comprando, los puestos de tacos están llenos, me gustan los del pasillo F, de la sección de abarrotes. La tortilla te la sirven con bistec, chorizo o campechano, ya después, uno se atiende libremente en las palanganas para pizcar los nada despreciables acompañamientos: hay alubias, nopales, puré de papa, arroz, huevos cocidos, pico de gallo, guacamole, salsa de chile manzano y cebolla, y otras tres salsas todas suculentas. Yo, aunque no lo crean, tímidamente despierto a la tripa que se encuentra bien dormida, pido siempre un campechano ( bistec y longaniza, uno para empezar, para que no se enfríe) le pongo limón, dos cucharadotas de salsa de chile puya la bocameemmpiezaasalivaaar, mmmh mi paladar es líquido en esos momentos, un puré de papas machacado improvisadamente con una botella de fanta vacía pero que cumple los propósitos de cualquier aplastador, nopales, sin faltar su hojita de pápalo quelite. También le pongo su dosis de salmonela con pepinos y rábanos, con eso de que tengo la conciencia de comer comida cruda, con PRANA. Luego para bajárselo preparan unas aguas re-buenas. La que yo bebo lleva: jugo de naranja con guayaba, piña, pingüica, alfalfa y limón. Con tres tacos y un litro de esa aguita quedo todo el día con cara de víveme y tócame.

Luego ir por el pasillo A-B, a comprar mi arroba de harina, camarón seco, canela, chiles secos, mis semillas: nueces, almendras, piñones, nuez de la india. Orejones de pera, durazno, albaricoques, cranberrys, higos, acitrones, aceitunas. El precio que se encuentra en este lugar es tres veces más bajo que en cualquier otro lado. Apenas estoy describiendo la sección de abarrotes, y un sólo pasillo. Falta el pasillo de los lácteos y salchichonería. La sección de frutas y verduras que también es otra Calcuta en la Central, sobre todo ir a la sección que venden el pescado y marisco, sin faltar darse una vuelta por La Subasta.
La primera vez que conocí la Central tenía pocos años de haberse inaugurado, y la verdad, parecía aeropuerto. Ahora camino con paso de conocedora por todos lados y en algunos hasta me conocen. La cantidad de dinero que se mueve en estos lugares es inversamente proporcional al producto que circula.
Si no la conocen, se han perdido de una ciudad infatigable y profusa.


P.S. ME VOY DE PROTAGONISTA DE MI PROPIA ROAD-MOVIE, VOY FELIZ A LA TIERRA DE MIS ANCESTROS.

POR FAVOR NO HAGAN NADA DE HISTORIAS GROTESCAS, TRÁGICAS, AZOTADAS Y CON MALOS MODOS ESTAS NAVIDADES Y FIN DE AÑO, DEMUESTREN LA CANIJA EDUCACION EN LA MESA, COMAN RICO, TRANQUIS, SI TIENEN HAMBRE PUES AHI ABREN EL REFRI DE LOS ANTOJOS PASADOS, PICAN CUALQUIER MES Y YA, SE ACERCAN UN POCO A MI. LEAN MI DIARIO AHORA QUE NO ESTOY.

domingo, diciembre 17, 2006

Primera Posada

Tenía tiempo que no le pegaba a una piñata



Tenía tiempo que no me comía un pelón pelo rico


Tenía tiempo de no recibir regalos tan bonitos, este de mi amiga Alma, una tacita especial para beber mezcal torneada a mano. Mucho mezcal, Huitzila y Oaxaqueño.



Y este otro, un chaleco tejido por las manos de la mamá de Alejandra



Tenía tiempo que no caminaba por mi colonia

viernes, diciembre 15, 2006

Lo siento, estoy agotada

Les recomiendo a Salif Keita, busquen en discos CoraSON (así con S) uno que se llama M´Bemba.

Píquenle ahí

martes, diciembre 12, 2006

Generación XXXVII


Después de las ilusiones
después de las expectativas
después del tiempo
después de la euforia
después de escribir un soneto
después de llorar por sentirme inútil
después de no encontrar un sinónimo justo
después de escuchar con mis ojos a los muertos
después de soportar tira-netas
después de leer el instructivo y no entender nada
después de reconocerme en mis compañeros
después de iniciar la cacería de mi misma
después de saber que la literatura ocurre a pesar de sus autores
después de desaprender lo aprendido
después de los compañeros que no terminaron, pero aquí están
después de fascinarme por la palabra palabra
después de descubrir mi propia cosmovisión
después del tiempo
se sigue el camino
lo que ha sucedido es intrasferible
para habitar la realidad.

Terminó el Diplomado de Escritores de la Sogem
Salud y suerte a mis compañeros, los presentes y los ausentes
Gracias a mis maestros los buenos y los mejores

domingo, diciembre 10, 2006

Seleccionando el desayuno


¿Qué hacen cuando van a un restaurant a desayunar y hay servicio de buffet?
a) comer como desaforados para desquitar el costo del servicio, comiendo cosas que regularmente no las come uno en casa y menos a una hora como esa.
b) comer con buen diente, un poquito excedidos.
c) comer seleccionando sólo lo que acostumbra uno en casa.
d) comer frugalmente.

A todos aquellos que hayan seleccionado el inciso " a" ¡son de los míos! Felicidades, ustedes son unos tragones avariciosos que no les importa que el mesero se canse de retirar infinidad de platos vacios, sienten que ya no les cabe más en la panza pero una vocecilla en su interior les dice: "hay que hacer el gasto al restaurante, que caray" y se levantan por otro plato para comer del cereal que no probaron, de las gorditas que no saborearon, del guisado que ya se acabó pero que el mesero ya volvió a surtir más.

Hoy fuimos a desayunar con unos amigos de Gonzalo al restaurant Del Bosque que está en el espeso lago verde de Chapultepec, al entrar pregunté por el costo del servicio para inspirarme y abrir mi apetito. $180. 00, diez pesos más caro que el Meridiem. Me serví mi fruta, gelatina, jugo y más jugo, cuando de pronto descubrí una cola enorme que era para servir arracheras y cecinas, pacientemente esperé mi turno y me llevé un buen trozo de arrachera a mi mesa. Tenía tiempo de no comer una carne tan jugosa, suave y sabrosita, mmhh, nomás me acuerdo y ya quiero otra. Tuve que formarme de nuevo y esta vez pedí dos arracheras más. La acompañe con frijoles, chicharón, salsa verde, salsa de pasilla y salsa mexicana. La cara de los amigos de Gonzalo era de admirar, me miraban asombrados del gusto con que me preparaba mis taquitos, ellos sólo tomaron un jugo de zanahoria, café, un huevo y chilaquiles. No probaron ni un pastel, ni carnes frías, ni mariscos, ni crepas, ni nada. Por más que les insistía que comieran algo más, ellos permanecieron firmes en su decisión, estaban satisfechos. Me sentía la supertragona del grupo, y eso que no conocen a mi hermana Gabriela y mí mamá, ellas sí me ganan.
Lo que me cayó mal fue que uno de ellos me dijo con cara de mírame y canonízame: - "Es que yo vivo para comer, no como para vivir", ese es mi lema.
-Ah, pues mi lema es: "Come ahora que puedes" -(que risa) y seguí mordiendiendo mi taco con ganas de hacerle sus violines a ese hombre prudente.
La verdad no es mi lema, procuro no tener lemas ni máximas, simplemente me gusta disfrutar la vida, comer es un placer, y como todos los placeres son efímeros hay que aprovecharlos.
Cuando nos despedimos le dije a Gonzalo:
-De haber sabido no entramos con ellos al buffet, ¿y entonces, por qué están tan gorditos?

miércoles, diciembre 06, 2006

------- : ( ----------------

La plantilla que traen los blogs la cuestiono. Existen varias opciones, pero cuando escojo CREAR, me frusto, pues no estoy creando nada, simplemente está aquí ese ruido que traigo en la cabeza y que voy a permitirme usurpar en la Web.

En lugar de decir Crear podría cambiar y decir SACANDO LOS TRAPOS A OREAR, VENTILANDO MI VIDA, en este caso EXHIBICIONISTA DE MI GULA.

Hablando de enchiladas, van a continuación unas gregerías de Ramón Gómez de la Serna y mi respuesta inmediata.

___________ : 0 ) ___________________

Los plátanos envejecen en un sólo día.
Yo, envejezco con el frío

_________ : @ ______________________


"PAN" es palabra tan breve para que podamos pedirlo con urgencia
"TACO" también, y es más bonita

__________ = ( _____________________

La verdosa langosta se pone roja de cólera cuando la hierven.
Tambíen yo al pagarla
__________ = ; ______________________

Cuando la mujer pide ensalada de frutas para dos perfecciona el pecado original
Y cuando pide para tres, se escribe una novela

__________ : ? ______________________

La alcachofa es un alimento para ebanistas, carpinteros y tallistas.
Desde la Edad Media decidió usar armadura.

__________ : { _____________________

Templar el agua del baño es como preparar un buen té
La sopa es el baño del apetito

__________ = o / __________________

Optimista es el que toma judías con chorizo y no le pasa nada
Pesimista es su compañero de asiento trasero

___________ : ° / __________________

El plátano es el único pez sin espinas
El plátano es magnífico cuando tienes una espina atorada en la garganta, actua como destapacaños.

Las pocas cosas buenas de la temporada navideña






Este es el único árbolito que se me antoja poner








Y ya comienzo

sábado, diciembre 02, 2006

Una recetita tailandesa

El coco es un fruto que proviene de las Islas del Pacífico, ¿que tiene grasas saturadas? Sí, ¿Qué es altamente calórico? Sí, y no me importa. Hablar de coco en estos momentos en que suspiro por un clima tropical, brisa marina y un olor de yodo en el ambiente queda tan lejano que por eso mismo lo traigo a cuento.
Traía un antojo de hacerme unos camarones en leche de coco, y un arroz con coco y piña.
No es nada difícil hacerlo, a menos que quieran usar el método tradicional de hacer la leche de coco.

¿Qué cómo se ordeña un coco?
Pues hay que pelarlo, quitarle la corteza y dejarlo completamente blanco, rayarlo, ponerlo en una manta de cielo, amarrarlo y luego ponerlo a baño maría, exprimir la "muñeca" de la manta de cielo, darse unas buenas quemadas al hacerlo y por último dejarlo remojado en el agua caliente y volver a exprimir. Sale un liquido blanco bastante espeso y se rebaja con el agua de coco. Esto lo pueden usar para hacer una sopita tailandesa o este guiso que hoy me ocupa.
Pero si andan malos de su mano como yo, tienen que conseguir en una tienda de productos orientales: (Mikasa, en las calles de San Luis Potosí, o la que está en División del Norte y Londres) unas latas de leche de coco. OJO: no confundir con lo que se hacen las piñas coladas. Estas latas son importadas de Tailandia y cuestan como 25 pesos.Se usa una lata para la sopa y la otra para el arroz.
Para hacer los camarones se debe conseguir zacate limón o the de limón, pero sólo se usan los tallos, y mientra más gruesos y blancos es mejor, tienen que ser frescos, no se les ocurra comprarlo seco porque el sabor no es el mismo.
También se tiene que escoger cilantro con raíz, que da un sabor más fuerte que las hojas, así que para hacer esta sopa es necesario comprar el cilantro así, y se usará solamente esta.

Se pone todo esto a hervir con la leche de coco, el the limón, y las raíces de cilantro, unos veinte minútos, también se agrega un pedacito de jengibre.



Después se retiran las hierbas y se agregan los camarones

Como me llegaron invitados inesperados para que rindiera da un poco más le puse unos brotes de brócoli y un poco de calabacitas, no deben cocinarse demasiado, que queden crocantes, no hay nada más triste que las verduras aguadas y sin vida.

El arroz se hace al vapor, con la leche de coco y con el agua del coco, se pica un poco de piña, ajo y ya está.

Tienen que animarse a hacerlo, esta receta es para un amigo que me la pidió y no es nada difícil si se hace de esta forma. El sabor es enloquecedor y delicioso, aromatizado con las hierbas, da un gusto al paladar único. Yo espero sus
comentarios.

viernes, diciembre 01, 2006

Cocinando con celular

¿Qué es lo más original para calentar o cocinar algo?
Yo he utilizado desde la prehistoria el famoso Horno Mágico Lily, que funcionaba con dos focos de 100 watts, pasando por una estufita de petróleo en miniatura, hasta esas parrillas eléctricas que cuando se conectan parece que se va a derretir toda la instalación. Esos fueron los primeros instrumentos par iniciarme en el arte del fogón.

Ahora corre el rumor que con las radiaciones del teléfono celular puedes cocer un huevo. Yo sólo he cocido huevos sobre los cofres de los coches en Poza Rica como máxima extravagancia. Siempre habrá leyendas urbanas que aseguren y den llamados alarmistas, y siempre habrá escépticos con mucho ocio que desmientan estas aseveraciones. Es una lástima, pues yo ya me estaba emocionando por escribir un libro de recetas: "Cocinando con su celular". Esto lo tomé de Curioso pero Inútil


Ya empezó diciembre

Quisiera no sentir calor , frío y viento,
ser como las raíces que crecen bajo la tierra
invernar desde hoy y levantarme en primavera con veinte kilos menos como los osos.

Quisiera que me conmueva la navidad, soportar los villancicos vomitivos que ponen en los supermercados, sonreír en el tránsito infernal y tratar de conseguir un buen bacalao.

Quisiera alegrarme con las colas tan grandes en los bancos, ir a alguna posada que termine en zafarrancho y poner un aburrido árbol de navidad.
Quisiera que me gustara el gravy que hace mi cuñada y que mi mano se desinflamara como por arte de magia.

Quisiera ser optimista y pensar que en mi país lo mejor está por venir.
Pero soy Carmen

lunes, noviembre 27, 2006

Por fin se va el cretino


Albricias ante estas ruinas que ves

Jorge Moch

Seis años bastaron, Vicente, para que con tus equívocos conocimientos gerenciales de escuelita cocacola, con tu ignorancia en ristre, tu arrogancia y el folclorismo que alguna vez creímos que era candidez pero era máscara perversa, de quedabién para sumar votos, enfrentaras a los mexicanos en contra de los mexicanos. Nadie antes lo había logrado. Ni siquiera Salinas, que ya es apoteósico decir maldad y pragmatismo de ultraderecha. Ni Díaz Ordaz, que parece salir de su sarcófago encarnado en tu gris sucesor. Nadie nunca antes en un gobierno mexicano había exhibido tan poco amor por México y tanto amor por los señores del dinero y los señores del norte, tus ex patrones o patrones todavía vigentes, según parece, como tú y tu mujer. Igual que tus antecesores priístas desde la presidencia solapaste el tráfico de influencias de tus parientes, de los hijos de tu mujer y algunos de tus más oscuros alecuijes, como Diego Fernández de Cevallos. Nadie hubiera creído que te aliarías con lo peor que ha dado la mafia política de este país, como Miguel Ángel Yunes, Víctor Flores, Emilio Gamboa o el clan Hank. Seis años más que suficientes para que te creyeras tus mentiras televisadas, tus gazapos, tus yerros, tus impericias. Te quedó grande, grandísimo el traje. Se te escurrió, holgada, vencida y manchada, la banda presidencial. Seis años bastaron para el desprestigio en Latinoamérica hermana.

Dejas el país con abismales desigualdades sociales y económicas, arropado con el maquillaje de la macroeconomía. Fuiste un buen empleadito vocinglero de las televisoras, un enemigo del congreso, un artesano de la doble moral. Te vas y qué bueno. Nos falta lidiar con la bosta que nos dejas hasta el cuello. Nunca vuelvas. Piérdete. Bórrate. Lárgate por fin de nuestras vidas.


Tomado de la Jornada Semanal No. 612 Noviembre 26 de 2006,

jueves, noviembre 23, 2006

Algo de lingüística

Que hoy a las dos de la tarde con veinte minutos falleció el palomo que mi mamá había recogido en el parque. Era un palomo enfermo, sus padres lo echaron del nido a picotazos y entre los picotazos le vaciaron un ojo, además tenía la cabeza llena de verrugas. Cada que iba a ver a mi madre me recibía un tufo apestoso que venía del palomo.

Columbicultor es el que se dedica a la crianza de palomas, viene del latín columba: paloma.

Mi madre siempre a sido una especie santona curadora con los animales, las plantas y los niños. Ha salvado a muchísimos palomos, perros, gatos, pájaros; a mi hija Mariana y a mi sobrina Lupita en momentos de verdadera gravedad. Eso sin contar los otros tres nietos que cuidó con su peculiar estilo, pero ahí están todos vivos y con ojos.

Con las plantas sus manos son mágicas, con ella cualquier espiga seca y sin esperanzas resucita y reverdece, podría decirse que al menos esa cualidad tengo de ella. He aprendido el nombre de muchísimas plantas y flores, tengo especial predilección por las suculentas o como diría la doctora Bravo: Crasuláceas endémicas. Incluyendo todo tipo de agaves que crecen en mi azotea, sueño con agaves. Agave viene del griego y significa admirable.



Con este frío tan perro, no podía faltar un ídem que se me arrimara. Una señora metió de contrabando uno al hospital, cinco horas en la sala de espera y el canijo se me pegaba y se me pegaba, luego quería la señora que le hiciera cariñitos, ¡ni madres qué!, ni a la Tana de Antoinette le hago caso. Me cansé y la denuncié con la trabajadora social. Si a mí me revisan la cajuela antes de meter el coche al estacionamiento no sea que meta una bomba, ¿por qué a esa señora le permiten meter a su perro al hospital?

Cino, viene del griego kyon, kynós: perro
Cinorexia, hambre canina
O sea, como me dijo mi maestro Arrigo Coen, yo soy una cinofoba con cinorexia. ¿O seré misócina?
Mi vecina es cinofila

miércoles, noviembre 22, 2006

Dia del Músico

Ningún arte puede estar por encima de la música, esta tiene el poder de transformar y crear atmósferas únicas. La música contiene la esencia del alma y la esencia del mundo, capaz de iluminar un día frío y nublado como este. La música inaugura silencios y penetra en los más hondos recovecos del espacio en donde estemos. Con todos sus instrumentos, ritmos, tonos, compases y hasta voces.

Felicidades en su día a todos aquellos que con su talento nos dan tanta dicha, tanto goce, creo que es de los pocos días que felicito a la gente por su profesíon. No lo hago con los médicos, sí con el cartero, no con el abogado, sí con abañil.

Vaya pues este saludo en tono de sol menor para todos los músicos.

viernes, noviembre 17, 2006

Se cerró el ciclo

Las clases se acabaron, a partir de aquí empieza el verdadero rigor, comienza la verdadera disciplina para escribir. Pero sobre todo para leer, porque leer es fervor, es recogimiento, es humildad. Ser un buen lector es lo que cuenta, escribir es pura soberbia y egolatría, es más fácil.

Este pequeño librerito inmediato a mi compu, en este desorden y caos, así terminó mi cabeza y mi ánimo. No sé si aparte es el plus que despues de haber ido a festejar nuestra salida regresé a tomarme con Gonzalo mi botella de ajenjo que por fin me compré, porque nadie me la regaló en mi lista de cumpleaños (véase mes de julio). Se hizo todo el rito del terrón de azúcar y la cucharita, el hada verde provocó una noche de lujuria y una cruda bastante dispareja.

Yo sigo encantada con la segunda lectura de Huckleberry Finn, de verdad que es un libro portentoso, no en valde como dice mi maestra de literatura infantil y juvenil es un libro amado por la crítica y desconocido por el público, es el libro de donde proviene la literatura de Faulkner, de Hemingway, de Eliott y de Salinger. Por lo pronto en lo que digiero todo, voy a tumbarme en una balsa en medio del Misissipi a descansar panza arriba, observando el cielo raso.

martes, noviembre 14, 2006

Se acerca ya....

Poco a poco me estoy precipitando al final, sí, al final de mis clases.

Para que después sufra el síndrome de "¿AHORA QUE ACABE LA ESCUELA, QUÉ VOY A HACER EN LAS TARDES?" Ya sé las respuestas, no necesito ayuda, pero de que me va a dar, me va a dar.

Acabé por fin mi guión de cine, ¿diálogos inteligentes?, después de ver Smoke lo dudo.
Mañana sigue el guión de dramaturgia, no lo he acabado, y la misma pregunta me hago.
Jueves, el ensayo de Huckleberry Finn, que multen a todas las editoriales por vender el libro resumido, que asco, que decepción, tuve que comprar tres ediciones. Como si los niños no fueran a entenderlo. La misma fregadera han hecho con la edición de Moby Dick. ¿Qué, no hay manera de reprenderlos? La edición chafa que todavía conservo es la de Edimat Libros, sí, ya sé que me costó como veinte pesos, ¿a quién se le ocurre?, a mí que soy una idiota cándida. Luego compré otro, que sí conservé la nota, lo pude devolver y comprar la edición de Nómadas del tiempo, de Edebé, ¡Qué diferente! Había leído otro libro antes.

Y hoy ir a apoyar a mis compañeras Elsa y María en el Encuentro de Internacional de Mujeres Poetas, En el país de las nubes y las comunidades indígenas de la Región Mixteca. Un ecléctico aquelarre de mujeres poetas en Bellas Artes. Mis compañeras felices, radiantes y llenas de proyectos.
Como se fueron a celebrar con su grupo, Edgar y yo aplacamos el hambre en el Moro, con churros, chocolate y tortas de pastor.
Qué horror, con la panza llena no me salen las ideas para el guión de dramaturgia. Ya me gustó trabajar bajo presión.



martes, noviembre 07, 2006

Un relato erótico

Tanto pasarme los fines de semana leyendo un libro por semana para que mi maestro de Narrativa Latinoamericana dijera que fuimos un grupo muy güevón para leer. ¡Qué poca! No todos llegábamos en blanco, mínimo leíamos un resumen en internet, jaja,... eso no es cierto. Gonzalo me odiaba por no salir y hasta se consiguió otra novia, Mariana me reprochaba por no pelarla y ponerle atención y Amanda... a esa le daba igual. Bueno, con decirles que ni cocinaba, me la pasaba comiendo chile con carne y carne con chile en la fonda de mi amiga Jasmín.

La única mujer que leímos en el curso fue una uruguaya: MAROSA DI GIORGIO que ya me había presentado mi querido maestro Saúl Ibargoyen en su cursos de poesía. Esta vez leímos su novela LA REYNA AMELIA. Un autor nos sorprende por abrirnos los ojos ante una visión del mundo original y perturbador, en este caso Marosa di Giorgio crea un universo autónomo e inaudito, va en busca de imágenes y asombra con ellas. Está fuera de todo lugar y atmósferas comparables. Definitivamente no es un libro común. Marosa no se parece a nadie y el común denominador es que los acontecimientos se desarrollan hasta sus últimas consecuencias.

La pasión de su temperamento está habitada por un mundo de vacas y zorros, con uvas y berenjenas, de excentricidades que crecen bajo tierra, reboza de sensualidad, es una observadora de la naturaleza descubre una belleza intrínsecamente instalada en las cosas cotidianas que a uno como simple observador sólo nos queda abrir los ojos con envidia.

En poesía tiene una obra bastante prolija: Los Papeles Salvajes, Flor de Liz. Su novela: La Reyna Amelia. Un libro de cuentos: Misales, Relatos Eróticos, todos en la editorial Adriana Hidalgo y todo es recomendable, pero hay que buscarlos, no son fáciles. Yo tuve que adquirir la Reyna mediante un chantaje de mi hermana, ella me conseguía el libro a cambio de un montón de recetas para el desayuno.

Hay una página en Internet donde ella misma narra sus poemas. Dicen que era todo un espectáculo sus presentaciones.
De su libro de cuentos: Misales, relatos eróticos les dejo esto.


Misa con Hilda y Tatú

Cuando el gran Tatú nació ya era grande. Tenía costras, bigotes y un miembro enorme que llevaba escondido y que cuidaba mucho. Era su joya. Se daba cuenta. Sus vecinos quisieron ponerle un pantalón, lentes, y él se negó. Darle un trago de anís, que no quiso.

Lo sensato era buscar mujer. Eso sí que sí.

Había varias. En sus ocultas recorridas, las veía. Iban de negro con delantal de plata.

Tenían perfume a azar porque se alimentaban casi sólo con naranjas.

A ninguna se le dibujaba más. Como si fuesen mantos que caminasen.

¿A cuál pescar y gozar?

El Tatú estaba inquieto. No se dormía. Sus cáscaras belludas se dañaban un tanto al darse vuelta sobre la tierra de su cocina, ansiando a la que no lograba matar para sí. Pero no, que no estuviese muerta. Acaso después la devoraría. Se nutría de hierbas, pero estaba dispuesto a ser carnívoro. Cómo no. Y en eso descubrió a Hilda; primero le pareció que la llamaban “Elvia”, pero no, era “Hilda”.

Su nombre, el suyo, Tatú, le pareció sonaba lúgubre, las dos sílabas de madera Ta-Tú.

–Y bien, Hilda, te mondará un tatú. Aquí estoy. Yo soy– se dijo, como si ella también tuviera cáscaras.

La casa de Elvia, de Hilda, era vieja. Vio la pared, gris, un poco triste, un poco sucia.

Adentro había más mujeres. La madre y hermanas de Hilda, a la que vio sentada atrás de una mata de flores nevadas, finitas, y adentro de su recta pollera de plata. Vio que Hilda bebía una naranja. El vinillo de la naranja le corría por la cara, la mareaba un poquito.

Sobre la casa había una nube grande, nívea, ahora; deja en sombra todo lo de abajo.

El novio de Hilda conversaba dentro.

El tatú estaba arriba de un tronco. Parecía un pedazo de madera; esto le daba seguridad y tristeza. Tenía el manto rígido. Cara de anciano, angosta y lustrosa. El sexo como una draga. No se atrevía a llamarla. Nunca se habían mirado. Miro y vuelvo a mi cocina. Sólo mirando. No quería casarse con otra. Sólo con Hilda.

Esta tenía la cara redonda, blanca, afelpada, los ojos negros, un poco saltones, la boca colorada, por donde comía naranjas. Era lo único que sabía de ella. Aunque mirarla ya era disfrutar solo.

Pero quería crucificarla.

Tal vez no le viniese mal el trago de anís ahora. Y dar el asalto final.

Se ilusionaba. Le parecía que Hilda lo conocía, que lo entreveía, que ahora lo estaba espiando. Pero si era así ¿cómo no venía a él? (Él no podía mostrarse) y se quitaba las polleras? ¿Qué habría debajo? La pollera parecía una tabla lisa, color aluminio de ollas, daba espanto.

Le vio los pies chicos y desnudos y un poco gruesos.

Se atrevió a dar un silbido, un leve “chist”. Que ella no oyó. Contestó un pájaro.

La noche se venía. La nube se había vuelto sombría.

De las manos de Hilda partió la naranja vacía. ¿Iría a comer otra?

En eso Hilda se agachó y orinó. Al Tatú se le erizaron las cáscaras y el vello que las salpicaba.

Vio que Hilda arrancaba flores blancas y las pasaba en ramos por su sexo. Le vio las piernas gruesas y netas. Y algo combas como si ya hubiesen albergado a varios.

Se dirigió. Temblando se le dirigió.

Pero en ese mismo instante la casa se acallaba y se entreabría. Un señor salió. Alcanzó a ver con la luz de la noche que era joven y apuesto. Vio que era el novio de Hilda.

Se acercó al rostro de ella. Dijo, fuerte, para que oyeran desde la casa: –Venga, señora Hilda, vamos a cortar naranjas.

El tatú se metió en su sitio. Observaba como con gafas. Todo lo veía aumentado y brillante.

La pareja trotó riendo, mirando un algo hacia la casa. La pareja se metió en un naranjo.

Lo que aquellos habían dicho era cierto.

Se le venían cerca. El novio decía: –Señora Hilda, nos casaremos. La vi orinar y afelaparse con flores. Estoy con usted querida señora. Sus hermanas están solas, no esté sola usted. La casó yo. Yo la cazo.

Ella dijo con una voz de hilo que se fue haciendo obesa: –Mis señoras hermanas, todas ya tienen marido. Sola estoy yo.

El novio pareció asombrado.

–De noche las visitan. Yo lo veo.

–Ah.

El tatú y el novio escuchaban asombrados.

La señora Hilda se entregó. No sabía bien cómo hacerlo. Topó al novio. Le mostró un seno, que sacó fugazmente y volvió a esconder en el vestido plateado y negro.

El novio quedó rígido. Se dijo: –Esta diabla.

Y rectificó para sí: –Esta Santa, aun sin marido.

Pero empezó a temer.

–Sí...cazáramos otra naranja.

–No.

–Bien.

–¿Tiene miedo, señor? No aguardo más. Mi casamiento es hoy. Aquí.

Las ramas por el viento se mecían de un modo raro como si no fuera por el viento.

El novio vacilaba. Le parecía que no era el día todavía, no se animaba.

Miró vagamente hacia el lado de la casa. La abrazó un poco, pero sin ser eficaz. Le dijo al azar: –¿Cómo está, ternera?

–¿Cómo voy a estar?

Pasaba el tiempo. Él, a ratos, decía: –Señora. Señora. Doña Hilda.

Y era casi una súplica, como si le dijera: –Vístase ya. Otro día. Otra noche.

Porque la señora Hilda estaba desnuda sobre su recta faldina de plata, los pies en el suelo carpían un poco cómo impacientándose, cómo si estuviese atada.

Las flores blancas, livianas, que había por todos lados, le rayaban el rostro.

La luna se metió por entre los ramos; vierónse el ombligo de ella, el de su nacimiento, las chicas tetas sin hijos, el virgo casi sin luz, bajo el pelo un poco brillante cómo si lo hubieran prendido llama. “¿Se estará quemando?”, pensó el novio que un poco ya deliraba.

Cuando la iba a abrazar, a engarzarla hasta el hígado (su hígado que sería floreado y quemante), alguien saltó a la pista. Estaba en cuatro, y se puso en dos pies.

¡Qué ser extraño! ¡Tan grande! ¡Tan chico! ¡Su cuerpo de piedra! ¡Sus ojos como una raya bajo las orejuelas! ¡Su manito!

El novio apretó a la señora Hilda, que gimió contra él, que cantó, como si él le hubiese tocado la médula!

–Retírese –decía el novio al otro–. Maldito. Retírese. Es mi señora. Ahora me posesionaré ¡ya! Salga. No quiero testigos. Lo mato. Retírese.

El Tatú no se abría. No murmuraba. Apretaba la boca finita, tremolaba adentro de la caja, chistaba, babeaba, peleando por Hilda. El novio sacó una navaja que parecía que no llevaba se la metió en el cuello, abajo de las cáscaras. La vista se oscureció al Tatú. Sangró su dura camisa. Pero aun volvió a ver. Era muy duro.

La señora Hilda hizo una carcajada boba. Dijo: –El bicho ¿que quería?.

El novio dijo: –Lo que vamos a hacer ahora. Quería lo mismo que usted y que yo, señora.

Gozaron un poco. La señora Hilda se portaba bien, daba grititos sinceros, y él la picoteaba, lacerándola suavemente por doquier. Ella se quería quedar.

Pero él estaba inquieto; miraba hacia las ramas; no podía serenarse y enloquecer y arder de verdad, no podía.

En un momento dijo: –Despréndase, señora Hilda, despréndase ya. Yo me voy. Conmigo ya está. El otro tiene derecho, también.

sábado, noviembre 04, 2006

Entre ágaves y caña














Charanda y tequila, juntos pero no revueltos







TOCUMBO, Michoacán, dicen que de aquí salieron todas las conocidísimas paletas y helados de "La Michoacana" para desperdigarse por todos lados del país y hasta para exportación.

Lo que sí es cierto es que el lugar es un centro de ventas de productos para la manofactura de helados y paletas. También venden aguas, como una de lima que me encantó.

viernes, noviembre 03, 2006

¿Qué tanto comen en Zamora, Michoacán?


La gente de aquí dice que la mejor fresa del país se cosecha en esta región.
El plástico es para que la fresa no toque el suelo, las personas que cosechan
usan guantes y cubrebocas para no contaminarlas.


Desde 1890 ya eran los michoacanos bien dulceros


Esto que se ve medio desagradable, es nada más y nada menos que el dulce típico de este lugar, los chongos zamoranos y te los dan en un barquillo, deliciosos, los venden por kilo y no están tan dulces como los que venden de lata.
Chongos para llevar
Flanes y natillas

A un costado de este impresionante Santuario Guadalupano se extiende todas las noches un paseo de la garnacha bien bonito, harta manteca y masa para engordar, que si tamales, atole, churros, papas fritas, enchiladas, tostadas, tacos, los mejores buñuelos que he comido y unas cositas verdes que me llamaron la atención porque nunca las había visto, una botana bastante ligh en comparación con todo lo que comen estos zamoranos: Garbanzos tiernos asados, los venden en bolsitas, la cáscara la escupen al suelo y sólo se comen lo de adentro, igual que las pepitas.

Visitando los talleres de Ocumicho

Recorrimos las partes más importantes de la región de Zamora, y me doy cuenta que mientras más conozco el estado de Michoacán más me gusta, el clima estuvo magnífico, ni frío, ni calor. Visitamos los talleres-casa de las mujeres de Ocumicho, con su alfarería tradicional de los famosos Diablitos de Ocumicho. Nos contaron que ha sido difícil que la comunidad pueda hacer una tienda en cooperativa, la mayoría de las mujeres hace este trabajo al mismo tiempo que atiende las obligaciones de su casa, uno tiene tiene que preguntar en dónde están las artistas que elaboran estas piezas tan originales.




La señora Apolonia Marcelo Martínez con su obra