"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

jueves, marzo 09, 2006

La pureza de los gusanos

Al menos hay algo que me salve de los aburridos jueves, y como siempre la sencillez es lo más apreciable. Unos buenos tacos de frijoles con chorizo, (tortillas hechas a mano por supuesto) espolvoreo queso chiapaneco y una salsa de chile pasilla oaxaqueño, que cuando la hice me pareció muy fuerte, pero después de unos días el sabor ahumado del chile tomó un sabor tan pero tan rico, (nada que ver con el chile pasilla que se compra por aquí), y como toque exótico pero que sirve para amacizar estos sabores fuertes: unos buenos gusanos de maguey, (de los rojos que ya venden fritos en la carretera cuando vienes de Pachuca y que te los venden a $300.00 el frasquito, pero que duran bastante). Ya en el exceso (¿quien dice?) le pongo guacamole o unas hojitas de pápalo. ¿Qué no te gusta el gusano? Pero si son más puros que los pensamientos del Papa, piensa, el gusano nada más come una sola cosa: maguey. Son castos, puros, inmaculados y delideliciosos.
Qué bueno que ya viene abril...
(esta historia entomófaga continuará)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo respeto la pureza de los gusanos, es más, creo en su pureza. Pero no me gustaría que tal pureza se manchara con mi inmunda saliva. Prefiero que ellos mantengan su pureza intacta y mi saliva siga consumiendo alimentos impuros pero de excelente vista. Mi padre también los consumía, le encantaban. Pero yo quedé trumada al ver a esos gusanillos puros retorcerse en el comal. ¡Lo siento, no pude comerlos! Tú te hubieras llevado de maravilla con mi padre. Eres una excelente cronista.

Por si no sabes quién es Enna Kratz, soy aquella que por una hernia discal dejó de ser tu compañera de clases.
Me da gusto saber de ti.