"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

viernes, marzo 10, 2006

Mi personaje se fue

Mi personaje se ha ido, ya no lo encuentro como todas las mañanas desde que empezó el invierno. Yo creí que se había escondido con el frió pero, hace ya varios días que hace bastante calor, aunque las madrugadas siguen siendo muy frías. ¿Dónde andará Rosalba, Rosa del Alba?

p.d. No entiendo por qué me queda con otro tipo de letra cuando pego un docuento al blog, me hace muchas cosas raras. Necesito ver que pasa, necesito ayuda.


ROSALBA

Rosalba es puntual, todos los días la encuentro a las doce del día en el mismo sitio, viste de
manera sencilla, con colores claros que combinan con sus ojos color miel.

Su mirada es limpia e inquieta a su alrededor, aunque de repente se ausenta en donde está sentada, para regresar después de un rato a la realidad. Le gusta soñar con estrellas y lunas como las que usa para adornar sus párpados. Tiene el pelo negro y resalta con la palidez de su piel, su cabello lo recoge con una cola de caballo para que se aprecien mejor los perifollos que usa en su cara. Porque a Rosalba le gustan los colores drásticos en su rostro: las cejas las pinta de morado, usa sombras rosa mexicano y diamantina verde para los ojos; y mucho maquillaje en sus mejillas. En los labios no utiliza color, pues en su recurrente actitud se le despintan y sólo le dejan unos delgados bigotes amarillos que se le embarran hasta la barbilla.

Rosalba usa a veces unas coronas como de reyna de carnaval o como las que regalan en las roscas de reyes, con ella se enmarca su iluminado rostro.

Rosalba no tiene edad, a veces parece una niña que juega a maquillarse y ser princesa, otras veces parece una señora de 50 años: seria y malhumorada que regaña cuando miras con curiosidad su estrafalaria imagen, otras veces parece una prostituta abatida y derrotada. Pero la mayoría de las veces Rosalba es una estrella resplandeciente en medio de un solar para deportistas de ocasión.

Todos los días a la misma hora me la encuentro en su empecinado proceder, aspirando una y otra vez adentro de una bolsa de plástico. La bolsa parece como si se derritiera lánguida entre sus manos, esa bolsa donde encuentra reposo y deja de tener en su memoria las aflicciones que le suceden. Es entonces cuando emprende un viaje a otra parte y recuerda a sus hijos que le arrebató el marido, los encuentra y habla con ellos, los invita a comer y a veces hasta les cuenta un cuento. Ahí gira, baila, hace fiestas, redime penas y disfruta su vida, su ensoñación.

Después de un rato recuerda que tiene que trabajar y se aleja del solar y de las canchas de básquetbol, está lista para ir a su esquina en la colonia Guerrero. Ahí seduce con sus ojos de constelación, acepta las condiciones de los que pesca y sube al hotel donde enlaza nudos con otras piernas y brazos, que pueden ser ingenuos, apretados, indiferentes, salvajes o inútiles. Rosalba aprovecha utilizar el baño con un poco de intimidad para ella sola, son comodidades que las coladeras de la calle no le pueden ofrecer.

Rosalba es mujer de palabra, si llega a pedir de comer fiado en una fonda, es seguro que regresará a pagar, se tarda pero regresa y sin duda que coqueteará con el mesero .

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