"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

sábado, abril 15, 2006

No hay palabras ni datos más precisos que los que recibe la nariz


Mi amigo Eduardo es un ser excepcional. ¿Por qué? porque consigue libros inconseguibles. Así fue que después de cinco años que anduve buscando Bajo el Sol Jaguar de Italo Calvino, él en apenas una semana me lo consiguió. Esos son los amigos efectivos.

Pues bien, el libro en cuestión es un homenaje a los sentidos. Curiosamente yo había escrito varios cuentos sobre los sentidos, y me recomendaron que leyera este libro que también abordaba estos temas. Me pareció una coincidencia encontrarme con otro cuento sobre el sentido del oido y narrado en segunda persona. Claro que estoy muuuy lejos de compararme con él, pero no me deja de sorprender al encontrarlo en estos temas que me llegan tanto y tan afines a mí. Es un Calvino tan diferente de como lo había leido en el Vizconde Desmediado, el Barón Rampante o en algunos otros cuentos.

El libro lo comenzó a escribir en diferentes periodos de su vida y cuando murió en 1985 sólo había terminado tres de los cinco sentidos. Le faltó escribir sobre el sentido del tacto y de la vista.
Ahora bien, siempre que un extranjero aborda temas sobre la comida mexicana sin mucha profundidad, tendrá varios errores que los puristas como yo nos damos cuenta, sobre todo por el nombre de los ingredientes y la manera de utilizarlos. Fuera de eso el cuento que da título al libro Bajo el Sol Jaguar es un homenaje a la comida mexicana, en especial a la oaxaqueña y la poblana.

Pero su cuento más maravilloso sobre los sentidos es sobre el olfato. Son tres historias mezcladas sin otro tema en común más que el de la sensualidad de los olores. Lo leí tres veces ayer y todavía estoy encantada "...todo está en la nariz, el mundo es la nariz, nosotros los de la horda es con la nariz como sabemos quién es de la horda y quién no, las hembras de la horda tienen un olor que es el olor de la horda, y además cada hembra tiene un olor que la distingue de las otras, entre nosotros entre ellos no hay a primera vista mucho que distinguir todos estamos hechos de la misma manera y además no vas a quedarte ahí mirando tanto, el olor sí el de uno es diferente del otro, el olor te dice en seguida sin error lo que necesitas saber, no hay palabras ni datos más precisos que los que recibe la nariz. Con la nariz me di cuenta de que en la horda hay una hembra que no es como las demás, no es como las demás para mí para mi nariz, y yo corría siguendo su huella en la hierba..." Realmente tener una nariz así es un privilegio y otras veces también es un pesar, si lo sabré yo.

Después de las vacaciones y las lecturas gratas viene la realidad, apenas abro mi correo electrónico y me entero de puras malas noticias. No viene a México Rúbem Fonseca. Estaba invitado a participar en el Festival de la Palabra y que por motivos de salud no es recomendable que venga. Esa noticia bajó el ya de por si cuchipandeado ánimo que traigo para ponerme a estudiar otras lecturas que no sean de mi agrado: Platón y Aristóteles. Ni modo no todo puede ser oler, oir, saborear.

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