"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

martes, junio 29, 2010

Los martes de rojo


Margarita de pitaya
El martes es el día que se dedica al dios Marte, el martes utilize usted algo rojo en su vestuario. Pero si no puede beba algo rojo o coma algo rojo. Los alimentos rojos están llenos de antioxidantes que ya saben para que son buenos.
La pitaya es un fruto rojo, folckórico y es el favorito de muchos pájaros. Yo, al menos me siento muy lejos de tener un alma afín con cualquier ave, sin embargo, es una fruta que por escasa y por que su temporada es breve me encanta. Funciona como un ingrediente llamativo en muchos platillos. Es por eso que se me antojó hacerme una Margarita con pitayas.
La pitaya le da cuerpo al Margarita y lo hace sumamente atractivo, vale la pena conseguir unas pitayas. Inutil coseguirlas en el supermercado. Qué van a saber de esta fruta en esos lugares.
Ni critiquen mis copas para Margarita, mejor contemplen el fondo de mi hermoso helecho. Vienen mis amigos a mi casa, acaban tan bebidos que rompen mis copas de vino accidentalmente y ya sólo me queda una, de Margarita ninguna y de agua me quedan seis, al menos éstas las puedo usar para las tres bebidas.

Para seguir en tono rojo y como hoy es día 29 pues había que hacer unos ñoquis con papa y betabel. Los ñoquis se acostumbran comer el día 29 con una moneda de plata abajo del plato para atraer la abundancia. Acá escribí hace años sobre los ñoquis del 29. Sigo considerando un plato especial para niños remilgosos y que no les gusta comer. Con este atractivo color la imaginación puede correr y elucubrar cosas muy locas que se está comiendo.


Margarita de Pitaya
(para dos copas)
1 onza de Controy
2 onzas de tequila
100 gr. de hielo
2 cucharadas de azúcar
jugo de un limón
1 taza de puré de pitaya

En una licuadora se pone el controy, el tequila, el azúcar, el hielo y el jugo de limón, hasta triturar los hielos. Se agrega el puré de pitaya y se revuelve ligeramente sin triturar las semillas. No es recomendarle molerlas, por ahí leí el porque pero…ya no me acuerdo, si alguien sabe el por qué me dice por favor.

Ñoquis de betabel
(para 6 personas)
3 betabeles (remolacha)
3 papas
2 ½ de harina de trigo
1 huevo
50 gr. de queso parmesano rallado
Sal y pimienta al gusto

Los betabel se forran de papel aluminio y se asan en el horno dos horas, las papas una hora, se hacen puré cada una por separado y luego se juntan con el huevo, el queso, la sal y pimienta. La harina se va agregando poco a poco hasta integrarse perfectamente. Se deja reposar en el refrigerador por dos horas. Luego se saca y se vuelca esta pasta sobre una superficie enharinada y se van haciendo pequeños cilindros alargados para después sacar trozos de 2 cm. Se pasan sobre la ñoquinera o con el tenedor para marcarle rayitas y se meten a cocer en una olla con bastante agua hirviendo y sal. Se dejan ahí hasta que solos suben a la superficie. Se sacan del agua y se acompañan con la salsa predilecta. Puede ser de jitomate, de albahaca o de mantequilla. Se espolvorean con queso parmesano adicional.

martes, junio 22, 2010

Frutas de temporada

A veces me pasa que no puedo comenzar a hilar ideas con texto, comida, fotos y sentimientos para poderme ubicar en el asunto que voy a tratar. Me vuelvo entonces como aquellas parejas que no tienen tema de conservación y el recurso más fácil que tienen a la mano es comenzar a hablar del clima. Así es junio, es un mes que se me mete dentro de la piel, me seduce con una abundancia de frutas.


William Faulkner menciona en su novela la belleza de la luz de agosto, con esa luz color cobre agonizante que se vuelve tan sonora a los oidos como el sonar de unas trompetas. Lejos de esta prosopopeya melancólica del autor, cuando voy al mercado en el mes de junio me sumerjo extasiada en la luminosidad que tiene un puesto de frutas. Muchas de estas muy breves, razón por la cual las hace más apreciadas, como los chabacanos, lichis, capulines, pitayas, higos, tunas, uvas, (pero uvas mexicanas porque chilenas y gringas se encuentran todo el año). Así pasa ahora con esos mangos precoses que se pueden encontrar fácilmente desde enero y se extienden hasta octubre, se buscó de alguna forma tener una fruta de larga duración. ¿Por qué los botánicos no buscan la forma de permanencia de los membrillos? Qué tal si durarán ocho meses las granadas rojas o ya de perdida que al menos pudiera llegar hasta el Distrito Federal la breve temporada de jobos de la huasteca veracruzana. Todas estas frutas que se alejan de mi paladar por culpa de los regionalismos y de la poca demanda. Si nadie las conoce pues no hay quién la busque. Pero muchas veces no todo lo conocido y popular es lo mejor. Dentro de cada región del país hay un secreto gastronómico por descubir.

Como estos nopalitos cocinados en penca (hoja) de nopal, en Peña de Bernal, Querétaro. Esto se vuelve un homenaje al pleonasmo como la torta de tamal, pero muchísimo más ligh y saludable.La hoja gruesa y vieja del nopal sirve de recipiente para comer los nopales, ya sea de manera tradicional o con chorizo.

Nopales dentro de un nopal y tatemados en el comal.

Hoy me dijo una amiga que todos los días come lo mismo: atún, sardinas o arenques en lata, con un paquete de verduras congeladas que pone a hervir. No quiere complicarse la vida. Creo que al menos ha de ahorrar mucho dinero y tiempo. Me impresionó tal confesión, yo la verdad creo que inventaría al menos incluir algunas otras cosas a ese menú: frutas de temporada, para iluminar la monotonía.  

jueves, junio 17, 2010

Pregunta

¿Alguién sabe a dónde se fue mi contador de vistas?




¿Cómo lo puedo recuperar?

domingo, junio 06, 2010

Para esos momentos con finales infelices

Siempre cedo, la verdad es que no me gusta hacerme del rogar. Comprendo que debo acompañarlos, compartir esos momentos, imitarlos. Es que verlos juntos, tan entusiastas es ya un gran poder de convocatoria. Busco un lugar, me instalo cómodamente. Me alegra ver la parafernalia que tienen todos alrededor: camisetas coloridas, mucha, mucha cerveza y botanas. Pasan cinco minutos, ocho, diez, pero ya comienzo a aburrirme, raro, me vuelvo una mujer sin emociones. Pienso que sería mejor estar haciendo otra cosa que recostada ahí mirando la televisión. El propio domador que llevo dentro me dice que tenga paciencia, pero no soporto mirar las derrotas de los demás, con las mías propias tengo más que suficiente. Nada, el desempeño del equipo es combustible para adormecerme. Ya llevo dos cervezas. Los cacahuates fritos con ajo y chile de árbol se los acabaron a los 15 minutos de juego, las papitas al limón creo que nunca llegaron, las devoraron en el trayecto de la cocina a donde está la televisión, sólo quedan un montón de pistaches encerrados en su propio bunker que mis dientes no alcanzan a abrir. Con sus gritos y lamentos no me dejan ni siquiera dormitar, miro el techo y pienso que ya necesita pintura. Nada, el marcador va desfavorecido para este lado, y como siempre los mexicanos hacemos drama de lo que es comedia. Definitivamente, mejor me voy a prepararles algo nutritivo y rico de comer, para levantarles el ánimo y cuando acabe el partido no se entristezcan más.

Veras que todo es mentira, yira, yira.



Hamburguesas de tofu
4 tofus
1 taza de lentejas cocidas con sal
1 tazas de cebada perla cocida con sal
1/2 taza de avena
3 zanahorias rayadas
1/2 cebolla finamente picada
3 cucharadas de semillas de linaza tostada
1/2 pimiento rojo, 1/2 amarillo y 1 verde (hay que hacer que se vea vistoso y lleno de color el tofu)
sal, (diría yo que al gusto). Se pica finamente
y un manojo de perejil, como no tenía le puse un poco de hierbabuena, y quedaron muy ricas

Esta receta es mía y como siempre le pongo lo que se me ocurre y siempre la varío, a veces cuando tengo todos los ingredientes la hago así, otras veces la modifico quitándole uno u otro, o en su defecto le pongo algo más, esta vez no fue la excepción.

Se desmenuza el tofu y se mezcla con todo lo demás. Luego se hacen pequeñas tortitas y se revuelcan con un poco de ajonjolí, (opcional), se ponen sobre una bandeja o charola y se meten al horno a que se cuezan un poco, unos 7 minutos a 150°, se voltean con mucho cuidado sin romperlas, se vuelven a meter al horno, esperar un poco a que doren y sin que se resequen demasiado.
Yo volví a hacer pan de chile poblano, que es buenísimo para acompañarlas, pero también se pueden servir solamente con ensalada.
Para acompañar una cerveza mexicana excepcional, CALAVERA, estilo: Tripel de Abadía, hecha de manera super artesanal, sin filtrar y sin pasteurizar, lo que provoca que siga fermentando en la botella y el grado de alcohol sea más alto 9.5 G.L. Es una cerveza turbia, con un toque levemente dulce. Hay que felicitar a Cervecería Calavera porque nos dan el privilegio de tomar una cerveza de gran calidad

post scríptum:
Si no es aquí, ¿en dónde me hago autopromoción?
En la Revista del Consumidor del mes de junio hay un pequeño espacio que me dedicaron. Es tan pequeño que tendrán que leerla completa  para que se enteren de lo que hablo. Además de que es una edición especial dedicada a algo tan valioso como sencillo: LA SAL