–Niños, levanten la mano ¿quién quiere tamales?
–Yoooo
–¡Yo!
–¡Nosotros también!
–¡No nos dejen colgados, queremos nuestros tamales del día de la Candelaria!
–Pero los queremos rellenos de flores
–Sí, de flores de colorín
–Y con un molito que no piqueee
–Ahí está niños, sus tamales de flores de colorín
Flores para consumir, flores que son fibra para ofrecer a nuestro intestino, flores para los vivos y los muertos. In xochitl, in cuicatl, que quiere decir: flor y canto. Era lo que nuestros antepasados, los antiguos mexicanos entendían como un instante y una eternidad, llegar ahí donde se trasciende la efímera existencia humana. Correspondiendo al sonido musical y la belleza, la fragancia y por supuesto,-ellos también lo sabían-, al alimento que la flor por sí sola puede ser.
El colorín es un árbol perteneciente a la familia de las leguminosas ( Erythrina americana) que se le conoce de muchos nombres en el país: gasparitos, pichojos, poró, pemuche, patol, espaditas, zompantles (hilera de cabezas). Esta es la temporada de colorines y de tamales.
Tenía la inquietud de hacer estos tamales, son típicos de la región morelense de Tepoztlán. Hace un año publiqué las tortas de colorín y ahora voy con estos delicados tamalitos, fragantes y tiernos.
¿Qué necesito?
5 tazas de flores de colorín limpias
5 chiles pasillas
2 dientes de ajo asados
1/2 cebolla pequeña
2 cucharadas de aceite
1 kilo de masa de maíz nixtamalizada
200 gr. de manteca de puerco
1 cucharada de polvo de hornear
sal al gusto
¿Cómo lo hago?
Lo primero que necesito es limpiar los colorines. Se desprende la parte que viene unida al tallo, sólo un pequeño corte, porque eso también lo utilizaremos. nada más se desechan los estambres para evitar que amargue. Los colorines pequeñitos, esos los pongo completos.
Ya limpios se ponen a hervir con 2 tazas de agua por 3 minutos. Se cuelan, se desecha el agua y se reservan.
El chile se hierve con 2 tazas de agua por 15 minutos. Luego se desvena, y se muelen en la licuadora con el ajo, la cebolla y una taza de agua. En una cacerola se agrega el aceite y sobre este se cuela la pasta de chile y sal al gusto. Se deja sazonar y si queda muy espeso se le agrega otro poco de agua. Ya que está cocida se agregan los colorines escurridos. Se cocinan en la salsa unos 7 minutos, evitando que se resequen demasiado. Con esto se rellenan los tamales.
Las hojas de maíz se ponen a remojar.
La masa se bate con un poco de agua, manteca, sal y polvos de hornear. Batir hasta conseguir una consistencia uniforme y una pasta suave.
En cada hoja de maíz, previamente remojada y escurrida, se coloca una cantidad suficiente de masa y una cucharada del mole con los colorines. Después se envuelven y se doblan. Yo los amarré con una tira de la misma hoja de maíz y luego se ponen a cocer en una vaporera por espacio de una hora.
El que para tamal nace
vive ajeno de congojas
le dan manteca fiada
y del cielo le caen las hojas
Ahora sí tamalito
habrá que medirte el agua